La electrocoagulación es una técnica que consiste en la aplicación, previa anestesia local, de una corriente eléctrica concentrada que permite la coagulación de aquellos tejidos que necesitan ser extirpados (queratosis seborreicas, verrugas comunes, puntos rubí, etc.). Al contrario de lo que ocurre con la crioterapia, aquí la clave está en el calor y no el frío. Mediante un electrobisturí, el dermatólogo aplica energía eléctrica que, al transformarse en energía térmica, acaba quemando la lesión. Es un tratamiento rápido, eficaz y con un alto nivel de seguridad, dado que logramos cauterizar al mismo tiempo que extirpamos, evitando así posibles infecciones y complicaciones derivadas.
Se trata de un procedimiento ambulatorio que llevamos a cabo en consulta. No es necesario pasar por quirófano y en muchos casos, ni siquiera se requiere de puntos o sutura. De ser necesarias las curas, será el dermatólogo quien de las instrucciones pertinentes para llevarlas a cabo. Por lo general, recomendamos evitar la humedad en la zona de la lesión y, muy importante, no exponerse al sol. De lo contrario corres el riesgo de que se produzca una hiperpigmentación nada deseable.
Donde antes estaba la lesión, aparecerá una costra que desaparecerá de forma espontánea. No debes tirar de ella, únicamente aplicar una solución antiséptica y tener paciencia. El uso de fotoprotector será indispensable hasta que la piel se haya regenerando por completo, recuperando su color y textura habitual.